omentos gratificantes para conocernos y reconocernos en el camino del don y la gratuidad con sus logros y desafíos.
La presencia y las palabras del consejo general fueron hondamente
fraternas y cercanas buscando siempre entender más a través del diálogo y la
interpelación, alentándonos a seguir en la confianza, permaneciendo atentas a
lo esencial.
El
hermano Carlos, la hta Magdeleine y la Virgen morenita de Guadalupe nos
acompañaron en nuestros momentos de oración.
Maria Chiara quiso encontrarnos con su consejo, a toda la nueva región
Cono Sur. Nos parece que todas las que lo vivimos, lo experimentamos como un
momento de gracia. Fue muy
lindo. Todas volvimos a agradecer esos encuentros que en la oración habíamos
celebrado como “visitación”.
Maria Chiara y las consejeras todas nos confirmaron con fuerza, con gran
aprecio de lo que vivimos y animándonos a seguir adelante.
Al final, Maria
Chiara pudo compartirnos con pasión, la pasión que se vive en Oriente, las
derivas de la primavera árabe, las causas, y las
consecuencias, que padecen los pueblos.
Y así terminó
nuestro encuentro, todas fuimos volviendo a nuestras fraternidades contentas de lo vivido.
Ellas nos escriben:
....
Estamos llenas de gratitud por esta
visita, por los encuentros fraternos, por la manera en que hemos sido
recibidas, por el testimonio de vida de nuestras hermanas. Para nosotras ha
sido una gracia haber podido posar nuestros pies en esta tierra de América
Latina, haber palpado y saboreado esa impresionante riqueza humana y cultural
de sus diferentes pueblos, haber escuchado la historia de la Fraternidad aquí y
su compromiso con los pobres... Agradecemos a cada una de nuestras hermanas,
hemos experimentado su deseo de comunión, su disponibilidad, su escucha.
Entre las cosas que nos han
conmovido más, quisiéramos resaltar la centralidad de la Palabra de Dios en la
vida de nuestras hermanitas y también el compromiso, junto a sus pueblos, en el
respeto de la creación y del medio ambiente, para que nuestro planeta pueda
tener un futuro. Por ejemplo, la lucha por la defensa del agua y la
conservación de las selvas....
La historia de la
Fraternidad en América Latina es rica, con momentos de gran irradiación,
creatividad, vitalidad, testimonio auténtico de amor y radicalidad para
compartir la vida de los pobres de sus pueblos... Esta herencia es un gran don
para toda la Fraternidad...
Terminamos esta carta en Roma y nos
apropiamos de las palabras de Benedicto XVI en la inauguración de la Vª
conferencia general de obispos latinoamericanos en Aparecida en el 2007: “Ese
es el tesoro inestimable que hace rico al continente latinoamericano: su fe en
Dios Amor, esa fe que hace de América el continente de la esperanza...”
Con todo nuestro cariño,
Hermanita
Maria Chiara y sus asistentas
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