“No tengo oro, ni plata, pero lo que tengo te lo doy” Hch.3,6
Experiencia del retiro de adviento acompañado
por las hermanitas de Jesús
en la parroquia de Jesús, María y José, en La
Habana donde pertenecen.
Las hermanitas fueron invitadas por el párroco
P. Martirián Marbán a animar el retiro de adviento a la comunidad. Los
comentarios que se escuchaban decían que las cubanas y cubanos no sabemos
permanecer en silencio, venimos de una cultura ruidosa.
Esa tarde de domingo, las hermanitas tenían
como tema: la encarnación de Dios. Por ello el objetivo que se propusieron fue
el de profundizar, o más bien, ayudar a tomar conciencia a cada persona
presente de su fe encarnada en la humanidad de cada una, cada uno.
Decidieron centrarlo todo en el mensaje de que
Dios no viene, sino que Dios ya está en nuestra vida y la habita. La invitación
era a hacernos conscientes de la
presencia de Dios en nuestra vida. ¿Cómo lograrlo? Contemplar lo que vivimos,
sin multiplicar las palabras, y ahí descubrirle, encontrarle ya sea cuando
estamos en la casa, en el barrio, en el trabajo o en el estudio. Todos los
presentes se metieron en este ambiente y al parecer lo aprovecharon bien. El
silencio reinó, la comunión de amor también
y los descubrimientos de la presencia divina en la vida de cada cual
quedaron grabados como experiencia significativa.
Desde comienzos del 2013 nuestros Obispos han invitado
a reflexionar por parroquia sobre cómo vivimos nuestra fe. En la parroquia de Jesús,
María y José para algunas personas estos espacios serían más bien clases para
impartir la doctrina de fe católica, mientras que otras abogaban por compartir
las experiencias personales de fe de todos los miembros de la comunidad.
Al final, la idea de que cada persona tiene un
tesoro valioso en su relación con Dios primó gracias al retiro de adviento que
las hermanitas animaron.
Así fueron realizados estos encuentros siendo
los mismos de gran provecho para todos los participantes. Para finalizar, toda
la comunidad decidió que tendrían un encuentro para compartir la vida de
oración de cada miembro de la comunidad. Nada mejor para celebrar el año de la
fe y salir todos enriquecidos con la vivencia de los otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario